La Basílica del Espíritu Santo:
En las huellas de la segunda iglesia de la Ciudad del Espiritu Santo de La Grita. Hoy la Basilica menor quién fue reconstruida por Monseñor Jáuregui y recibiendo la Parroquia un 6 de agosto de 1883 mandó a traer desde la capilla del convento la Sagrada imagen del Santo Cristo de los milagros, obra del arte barroco de 1610. Su inmensa torre y su frontis con la imagen del espiritu Santo. Más de amor Monseñor Raúl Mendez edifico la capilla neo griega para santuario de Cristo de Tadea,bajo los lineamientos del maestro: Jesús Manrique. Con un altar de Marmol de Carrara-Italia y nueve Vitrales del maestro Néstor Melani-Orozco. Donde se narra la leyenda del crucifijo Patrono del Tachira. Guarda la Basílica, una Paloma de Plata y una preciosa Cúpula Geodésica donde existió la alegoria de las tres divinas personas obra de Pepe Melani.
El Santo Cristo de los Milagros, Patrono de La Grita:
La historia de un Cristo viejo, reliquia de la colonia, con su esencia de cuatro siglos, llanamente donde el pueblo andino continuará clamantes, con las mismas huellas del páramo como testimonio de un mundo y de una historia sagrada. En la idea donde la meditación transcrita en un madero lo prodigió desde el alma de múltiples desiguales formas que los cerros y montañas mientras el pueblo parece una rabia de hechos, cotidianidad, labores, lamentos y costumbres. Así está La Grita, y perpetua del espíritu del estado Táchira, en Venezuela: nazarena de pescadores y soñadores de campesinos, poética y armónica entre sus músicos y magia por sus históricos. Por eso, el 14 de marzo de 1610, se da el Milagro Jesús: Tazajera, ocho más allá azul donde se poniente relata las Crónicas de los Padres Civitas de esa fecha tantas mantas y sábanas que los perdones. Entonces se obra la trinidad de una ciudad volviese a remirar lo perdido en oratorias latinas un nombre ofrecido a las estrellas el rostro de un crucifijo tan suelto con escuetas barrocás españolas muy cultivadas en sus imágenes como el Concilio. Imaginería como de Giotto y del propio resultado de los hechos evangelizadores del convento de Santa Clara de La Grita. Entre lo sublime y casiista, ingenuo. Mucho más que armónica la Nueva España, Madre cristiana y San Cristóbal de los Vascos profanadores de los secretos de Lepanto de Cáceres y la voz de un aborigen en el giro eterno de su katrina.
Y a la imaginería de los antiguos italianos hacedores del susurro del madero, gracias de tallas y rostros reviven a Dios.
Elemento primordial para el turismo religioso del estado y hacedora de tiempos entre rebeldes causas y signos románticos que se visten en sus colinas de hechos y años e historias el Cristo Santo de La Grita se hizo pueblo. Relicario de la paz multirracial de los peregrinos su mensajero de los ángeles. Hoy cuando las multitudes emprenden con sus voces y sus credos la dignidad de las naciones.
Por siempre LA SEMILLA DEL PADRE NUESTRO: adoración de los pueblos.
CRISTO DE LA GRITA, majestuoso como las verdades de los pueblos, gracias a Dios, milagro sagrado como el camino de los Andes, cuando los ojos anuncian la nueva luz. Beatitud de ser patrono de la Patria, cuando se somete a revisión el ánimo y pregunta ser llevada en la historia entre las tormentas. Son nuestros estandartes sembrados entre noches con las estampidas que dejan el eco del viento entre rostros y llantos, en palabras y milagros como al amanecer el infinito destello del relámpago, colgando el amor a la oración al madero que viste cuatrocientos años en La Otra Grita: Ciudad de los Poetas. Ésta, la del azul hondo busca la paz, la misma simiente de las historias y del patrimonio cultural y religioso del Táchira.
En cuatro siglos, verterero implorando caminos, juristas pidiendo perdón por las injusticias, poetas reclamando otra verdad, enfermos agradecidos por sus milagros, viajeros, estudiantes, sacerdotes y un mundo que alberga la semilla de una comarca que se convirtió en hechos y una cultura religiosa. En 1813 Simón Bolívar ofreció a sus pies libertad y lo comparó con el Cristo de Lepanto.
En el siglo XX grítese. De su encanto el verde esmeralda de sus campos y de rojo su grito con el azul de los justos.
El original fue traído de Sevilla por un sacerdote. Montó en una ermita de ventana donde leyó sus formas hizo él su promesa en un sudario de madera para que protegiera la Circasia de los Andes de sus terremotos.
Porque para un cristiano el sufrimiento y el dolor de Cristo tienen un sentido espiritual y por lo que el arte cristiano, especialmente desde el Medioevo al Barroco, representa crucifixión y martirio. Expresado en la presencia de los franciscanos y más en aquella adoración prometida a un pueblo, a su fe y a los sentidos espirituales.
Primeros el preámbulo de sus cuatro siglos, 1610-2010. Poema escrito en papel de un acta: nuestra flor. En madera con semillaje de la humanidad, en llamas a Dios: su flor. Restallante a la súplica del hombre. Su promesa un sudario de madera para un pueblo libre ante su imagen.
Los Vitrales de la Capilla:
"Era 18 de Marzo. Me proponía a dibujar los vitrales de la capilla, albergue del Cristo de 1610. Nacía mi pequeña Carmencita Melani Garcia con un Ángel del cielo y la gloria de la Paloma de Plata. De allí mis hijos. Y Carmen Victoria testiga de mis dolores del alma. Esta en el silencio de una violeta y caminan los pueblos aún buscando aquella esperanza descrita en las tradiciones de San Anselmo traduciendo del Arameo al griego las palabras de la Biblia. Fueron horas eternas de dibujar y meditar para grisallar las vidrieras con la pureza del fuego y de imágenes aquella oración al Cristo de las presencias del arte colonial. Entonces en la ciudad del río Bocono fui a la casa de los vitrales a dibujar los testimonios de nuestra ciudad de La Grita para el santuario del maestro: Jesús Manrique, en el milagro del monje Francisco, heredero de la,Escuela de Orellana al credo sublime de Mons. Jauregui. Para hablar con Bolívar en 1813. Más en la periferia memoria de Tadea y de Lucia sobre una carta de amor junto al labriego campesino sobre la cima de las montañas y desde cada personaje la solemnidad de sus peregrinos para conceder en los milagros la eternidad del cielo y en las huellas de la columna del arquitecto: Pino Farias, las fuentes de Isaura. El Derecho del Aire de Emilio Constantino , las lecciones de Ángel María, los significados musicales de Ramón Vera G, entre las lágrimas de Pepe Melani, a las letras de Gutierrez Calderón, en la voz de AlixThelma, el amor de la guitarra de Miguel Ángel con las simientes de los siglos, y el campanario secreto de la aldea, donde solo Dios vivirá en los colores de aquellos nueva vitrales que describi en actos de amor a mi Grita. La más eterna y la más sublime para encontrar el cielo. Fui a Boconó con el Amigo Jorge Urrea. Monseñor Abab Buitrago. Celina Pineda, y desde los hechos diseñé estos memorables actos al Arte del Fuego y el Dr. Ricardo Méndez Moreno ofrendó la promesa de regalarle a la Románica Basilica del Espíritu Santo las nueve ventanas de la historia gritense en nombre del Madero sagrado y el barroco. El crucifijo más viejo de Venezuela. Tiempos de fe. Tiempos de Macario Sandoval Alcalde. En mis experimentos devenidos de la Escurla de la Llotjade Catalunya. Gloria de un sueño. Y beatitud siempre de un padre nuestro. (y lo más significado fue dibujar en los vidrios a mis amigos y hermanos de aquel siglo nuestro)".
Palabras de: Néstor Melani Orozco. Artista Nacional. Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. Muralista venezolano con obras en Colombia, España, Francia, México y Venezuela. Maestro Honorario. Doctor en Arte. Cronista de La Grita .
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